Armenia, que fue una república soviética, se sitúa en la región montañosa del Cáucaso, entre Asia y Europa. Fue el primer estado en aceptar el cristianismo como religión oficial. Así, no es extraño que los principales atractivos monumentales sean iglesias y monasterios. En su momento, Armenia fue un pequeño imperio que con los años y las guerras se fue reduciendo. Así, el bíblico y mítico monte Ararat se encuentra fuera de sus fronteras, concretamente en Turquía, es el símbolo nacional de Armenia, aparece en su escudo y es visible desde gran parte de su territorio.

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La capital, Yerevan (o Erevan) es un ciudad tranquila con pocos monumentos, pero que conserva un cierto encanto. Desde aquí, es fácil el desplazamiento por todo el estado. A solo 26 quilómetros se encuentra el templo romano de Garni y siguiendo el mismo camino llegamos al Monasterio de Geghard. Un poco más lejos, en dirección norte, está el lago y monasterio de Sevan. Hay otros varios monumentos religiosos repartidos por el país. Pero Armenia como país montañoso y de altura, es ideal para la práctica de algunas actividades deportivas como trekking y senderismo.